SI CUANDO UNO DE TEIS SALE AL CAMINO PASA LO QUE PASA

OS VENIS CONMIGO?


"Definitivamente no cambias de plan, NO TIENES PLAN! Te dejas llevar para donde sople el viento..." SMS de Noé en Rumanía.
"Donde hay un deseo hay un camino" Dicho africano, Javier Reverte en Vagabundo en África.
"Be Nothing...and them you live." Krishnamurti

jueves, 28 de abril de 2011

O home que só facía fotos

Houbo un tempo no que Terra de Montes era unha paraxe remota, lonxe das comodidades da cidade, terra de rudos homes do campo, acostumados a traballar de sol a sol polo sustento dos seus, terra de mulleres capaces de levar unha familia o seu cargo, mentras o home procuraba un futuro distinto alén dos mares.

Aquel tempo onde os nosos paisanos tiñan a pel curtida polo sol das longas xornadas, o tabaco e a malnutrición. Tempos, non tan lonxanos, nos que un neno morría dunhas febres e a ninguén lle extrañaba, cousas da vida, e o normal era ter un traxe para os domingos e unha roupa de traballo para o resto dos días.

Neses tempos de escasez houbo un home, Virxilio Vieitez, que adicou toda a súa vida a ver o que acontecía o seu redor polo obxetivo dunha cámara. Nada sabía do mundiño do artisteo, comprara unha cámara con 18 anos cando emigrara a pirineos a traballar de peón, sacando fotos ás paisaxes e os compañeiros de traballo. Como non se lle daba mal, conseguiu venderlle algunhas os amigos, e así decidíu ser axudante do fotógrafo Julio Pallí, en Palamós. Con 25 anos regresa o pobo, pero o mal da fotografía xa percorre o seu corpo.


Faise o cronista do seu tempo, non só na visbarra, senon tamén fora de terra de Montes. Cunha simpleza de medios incrible, dun xeito autodidacta e cun claro intento de sacarlle un beneficio o retrato "a foto que sae movida, non cha compran" Virxilio faise testemuña excepcional dunha época que agora vemos moi lonxana.

Fotógrafo de bodas, pero sobretodo fotógrafo de carnet, cunha saba recorreu moitas vilas tirando as fotos acompañando a Guardia Civil, que realizaban os documentos "in situ". Os orixinais ampliados, incluindo a saba no borde, e mesmo os arredores da foto son todo un "retrato" dunha época. Caras curtidas, roupas reladas, ollos opacos vendo a un futuro incerto.

Tamén destacan as fotografías dos bens mercados pola familia que aquí quedou, para demostrar os parentes traballadores que se invertiran ben aqueles cartiños. Moitisimas destas fotografías cruzaron o charco e remataron en Buenos Aires, Montevideo, México...e as máis escabrosas de todas, as fotografías de velatorios, que en moitas ocasións eran imprescindibles para comunicarlle con certeza a morte dun ser querido a un emigrado.

O home que só facía fotos, que retratou moita xente pobre, pero nunca miseria que remataba os carretes coa súa familia, tendo unha colección xeracional envexable dos seus fillos. Aquel tipo que probaba diferentes líquidos, conseguindo un ollar incriblemente limpo e a vez persoal.

Por sorte, penso que o recoñecemento aínda que sexa tarde é unha sorte, foi descuberto polo mundo na esposición colectiva: Le pire est à venir. Images contemporaines du monde, Musée Nicéphore Niépce, Chalon-sur-Saone, Francia, no 2003, e de aí a fama, o recoñecemento e todo aquilo que a el lle facía tanta gracia e sorpresa. Os minutos que o vin no documental son pura poesía vital.

Durante uns meses desfrutei da retrospectiva que en Vigo montaron no MARCO sobre a súa obra, paseando entre o meu pasado colectivo, que momento de introspección no máis profundo do meu ser galego, das miñas raices, de coñecer eso que nos fai diferentes e que boto tanto de menos.

Agora esta restrospectiva sae o mundo, e se algún día se cruza no teu camiño, desfruta deste retrato dunha terra de Montes, onde se sufría moito, pero se vivía máis.

centro de estudos fotográficos de Vigo: cefvigo


ADMIRO O HOME QUE CREOU A XENIALIDADE NA SÚA PAIXÓN DIARIA, SEN BUSCAR MÁIS QUE VENDER UNHA FOTO


El hombre que sólo hacía fotos



[foto: hombre con tres niños en moto]


Hubo un tiempo en el que Terra de Montes era un paraje remoto, lejos de las comodidades de la ciudad, tierra de rudos hombres del campo, acostumbrados a trabajar de sol a sol por el sustento de los suyos, tierra de mujeres capaces de llevar una familia adelante, mientras su hombre buscaba el sustento allén de los mares.

Aquel tiempo donde nuestros paisanos tenían la piel curtida por el sol jornalero, el tabaco y la malnutrición. Tiempos, no tan lejanos, en los que un niño moría de unas fiebres y nadie se extrañaba, y lo normal era tener un traje para los domingos y una ropa de trabajo para el resto de los días.

En aquellos tiempos de escasez y dignidad hubo un hombre, Virxilio Vieitez, que dedicó toda su vida a ver lo que sucedía a su alrededor por el objetivo de una cámara. Nada sabía del mundillo del artisteo, había comprado una cámara con 18 años cuando emigró a Pirineos a trabajar de peón, sacando fotos a los paisajes y a los compañeros de trabajo. Como no se le daba mal, consiguió venderles algunas a los amigos, y así decidió ser ayudante del fotógrafo Julio Pallí, en Palamós. Con 25 años regresa al pueblo, pero el mal de la fotografía ya recorre su cuerpo.

[foto:Chica en medio del camino]

Se convierte en cronista de su tempo, no sólo en la comarca, sino también fuera de Terra de Montes. Con una simpleza de medios increible, de una forma autodidacta y con un claro intento de sacarle un beneficio al retrato "a foto que sae movida, non cha compran" Virxilio se hace testigo excepcional de una época que ahora vemos tan lejana.

[foto:libro de familia, con sábana incluida]

Fotógrafo de bodas, pero sobretodo fotógrafo de carnet, con una saba como fondo, recorrió muchas villas tirando las fotos acompañando a la Guardia Civil para los documentos. Los originales ampliados, incluyendo la saba en el borde, y mismo lo que rodea son todo un "retrato" de una época. Caras curtidas, ropas zarapastrosas, ojos opacos viendo a un futuro incierto.

[foto:Abuela con radio]
También destacan las fotografías de los bienes comprados por la familia que aquí quedó, muchísimas de estas fotografías cruzaron el charco y acabaron en Buenos Aires, Montevideo, México...y las más escabrosas de todas, las fotografías de velatorios, que en muchas ocasiones eran imprescindibles para comunicarle con certeza la morte de un ser querido a un emigrado.

[foto: Entierro]
El hombre que solo hacía fotos, que retrató mucha gente pobre, pero nunca miseria; que acababa los carretes con la familia, teniendo una colección generacional envidiable de sus hijos. Aquel tipo que probaba diferentes líquidos, consiguiendo una mirada incriblemente limpia y a la vez personal.

Por suerte, pienso que el reconocimiento aunque sea tarde es una suerte, fue descubiertoal mundo en la exposición colectiva: Le pire est à venir. Images contemporaines du monde, Musée Nicéphore Niépce, Chalon-sur-Saone, Francia, no 2003, y de ahí a la fama, ese reconocimiento y todo aquello que a él le hacía tanta gracia y sorpresa. Los minutos que lo vi en el documental son pura poesía vital.

Durante unos meses disfruté de la retrospectiva que en Vigo montaron en el MARCO sobre su obra, paseando entre mi pasado colectivo, que momento de introspección en lo más profundo de mi ser gallego, de mis raices, de conor eso que nos hace diferentes y que echo tanto de menos.

Ahora esta retrospectiva sale al mundo, y si algún día se cruza en tu camino, disfruta de este retrato de una terra de Montes, donde se sufría mucho, pero se vivía más.

martes, 26 de abril de 2011

Vacaciones africanas

No, que nadie se piense que me he subido a un avión y me he ido al continente madre por una semana, que va, pero he hecho unas vacaciones a la africana, como todos aquellos compañeros de "escritorio" que tuve en Lichinga.

Consiste en cogerse los días libre, pero no para hacer nada en concreto, sin planear viajes, visitas, compras ni nada que se le parezca. Simplemente quedarse en casa, en el barrio y pasear "coas calmas". Pararte con algún amigos a charlar sin ver el reloj, fue espectacular una tarde con un viejo amigo en la cima del Galiñeiro, que es un monte cerca de Vigo, no confundir con la casa de las gallinas, donde vimos despejarse el cielo y aparecer un sol que quema, venir las nubes, el viento azotador, y luego marcharse todo nuevamente y la energía de la roca diciéndonos:TODO va bien.
El Galiñeiro, y si subimos allí arriba.
En esos paseos he disfrutado de otra ciudad, más limpia, sin tanto estres, sin tanto coche, con lluvia fina, que aquí se llama "calabobos" porque sin darte cuenta acabas calado hasta los huesos. Regalarse comiditas ricas, siestas eternas, sonrisas. Noches de aquellas que amanecen y días de lluvia tras el cristal.

Vacaciones a la africana requieren trastear por casa un poquito, como el Sr. Gopol, el contable de las pescas que aprobechaba las vacaciones para "ordear o quintal", pintar un poco y marear a su mujer e hijos.

Me encontré a alguien a principio de la SuperSemana que iba estresado por ahí porque tenía el tiempo justo para comprar mil cosas que no necesitaba para su viaje

-¿Y tú a dónde vas?

-A ninguna parte.

-Ah no tienes dinero, claro, pues yo me voy a Jardillarmison que es un bla bla bla....

-Bueno, a mi no me apetece, digamos que con el año pasado me ha llegado de movimiento

-Ya. Es verdad que hace un montón que no te veo, ¿dónde has estado?

-eeeeh, por aquí cerquita. Me gusta sentirme en casa.

Slow life creo que no es irse unos días a un sitio paradisíaco a cargar la pilas para que se te revienten con el cambio de potencial nada más comenzar la vuelta al cole.

martes, 12 de abril de 2011

graciñas

Me acabo de dar cuenta que llevo un año entreteniéndome por el camino, desde el 10 de Abril, jolín que de cosas, caminos gentes, sentimientos, videos, reflexiones, risas y ahí seguimos...me quedo sin palabras.


Simplemente gracias

miércoles, 6 de abril de 2011

TOT L´ENYOR DE DEMÀ


TOT L'ENYOR DE DEMÀ
A Marià Manent

Ara que estic al llit

malalt,

estic força content.

- Demà m'aixecaré potser, (5)

i heus aquí el que m'espera:

unes places lluentes de claror,

i unes tanques amb flors

sota el sol,

sota la lluna al vespre;

i la noia que porta la llet

que té un capet lleuger (10)

i duu un davantalet

amb unes vores fetes de puntes de

coixí,

i una rialla fresca.



I encara aquell vailet que cridarà el diari, (15)

i qui puja els tramvies

i els baixa,

tot corrent.

I el carter,

que si passa i no em deixa cap lletra m'angoixa (20)

perquè no sé el secret

de les altres que porta.


I també l'aeroplà

que em fa aixecar el cap

el mateix que em cridés una veu d'un terrat. (25)


I les dones del barri,

matineres,

qui travessen depressa en direcció al mercat

amb sengles cistells grocs,

i retorne (30)

que sobreïxen les cols,

i a vegades la carn,

i d'un altre cireres vermelles.



I després l'adroguer,

qui treu la torradora del cafè (35)

i comença a rodar la maneta,

i qui crida les noies

i els diu: - Ja ho té tot?

I les noies somriuen,

amb un somriure clar, (40)

que és el baume que surt de l'esfera que ell volta.



I tota la quitxalla del veïnat

qui mourà tanta fressa perquè serà dijous,

i no anirà a l'escola.


I els cavalls assenyats, (45)

i els carreters dormits

sota la vela amb punxa,

que dansa en el seguit de les roderes.

I el vi que tants dies no he begut.

I el pa,

posat a taula.

I l'escudella rossa,

fumejant.


I vosaltres amics,

perquè em vindreu a veure

i ens mirarem feliços.

Tot això bé m'espera,

si m'aixeco,

demà.


Si no em puc aixecar,

mai més,

heu's-aquí el que m'espera:

- Vosaltres restareus

per veure el bo que és tot:

i la Vida

i la Mort.



TODA LA AÑORANZA DE MAÑANA

Ahora que estoy en cama enfermo,

me siento bastante contento.

— Me levantaré mañana tal vez

y he aquí lo que me espera: (5)



Plazas que relucen de claridad,

y cercas con flores

bajo el sol

bajo la luna del anochecer;

y la muchacha que trae la leche, (10)

que tiene una cabecita ligera

y lleva un pequeño delantal

con ribetes hechos con puntillas

y una risa fresca.


Y aún aquel rapaz que gritará el periódico, (15)

y que sube a los tranvías

y se baja,

apresurado.

Y el cartero,

que si pasa y no me deja una misiva me angustia (20)

porque desconozco el secreto

de las otras que lleva.


Y también el aeroplano

que hace que levante la cabeza

como si una voz me llamara desde la azotea. (25)

Y las mujeres del barrio,

madrugadoras,

que cruzan con prisa en dirección al mercado

con sendos cestos amarillos,

y regresan (30)

que les rebosan de coles,

a veces de carne,

y otras de rojas cerezas.


Y luego el tendero,

que sacará la tostadora de café (35)

y empezará a dar vueltas a la manivela,

y que grita a las muchachas

y les dice: — ¿Nada más?

Y las muchachas sonríen,

con una sonrisa clara, (40)

que es el bálsamo que sale de la esfera a la que da vueltas.

Y toda la chiquillería del vecindario,

que armará tanto alboroto porque será jueves,

y no irá al colegio.

Y los sensatos caballos, (45)

y los soñolientos carreteros

bajo el toldo en punta,

que danza en el surco de la rodada.


Y el vino que tantos días no he bebido.


Y el pan,(50)

servido en la mesa,

y la rubia sopa,

humeante.

Y vosotros amigos

porque me visitaréis (55)

y felices nos miraremos.


Es cierto que me espera todo eso,

si me levanto,

mañana.


Si no puedo levantarme,

nunca más, (60)

he aquí lo que me espera:


— Vosotros os quedaréis

para ver lo bueno que es todo:

y la Vida

y la Muerte.(65)


Cosas del camino...